Dicen que las cosas importantes provocan vértigo justo antes de hacerlas. No sé si será verdad en todos los casos, pero para mi lo fue. Cuando decidí acudir a Palo Market Fest para mostrar mis pajaritas sentí ese vértigo mezclado con emoción. Antes incluso de concretar cómo serían los diseños y materiales finales, ya podía imaginar allí a mis pajaritas para camisa con formas de pájaros.
Sentí ese vértigo mezclado con emoción
Este mercado siempre me había gustado por sus propuestas artísticas y culturales, y por su cuidada ubicación en la antigua fábrica Gal i Puigsech, que data de 1875, donde está la Fundación Palo Alto. Sus puestos están llenos de artistas que muestran creaciones originales el primer fin de semana de cada mes, creando un concepto creativo global. A lo que se suman los puntos de comida food truck y los conciertos cuidadosamente escogidos que se pierden entre los huecos de los jardines y las pequeñas salas de las instalaciones.
Este mercado siempre me había gustado por sus propuestas artísticas y culturales
Allí estaban mis pajaritas, rodeadas de un ambiente dinámico y moderno, con visitantes que buscan objetos que tengan un valor añadido y que inspiran.
Reconozco que mi candidatura para exponer mi producto en este mercado fue impulsiva y a última hora. Eso, como en otros momentos de mi vida, me llenó de energía, pero también provocó que no tuviese el tiempo necesario para pulir todos los detalles. Aún así, soy de las que piensa que siempre es mejor hacer y aprender, que quedarse esperando un momento perfecto que tal vez nunca llegue.
Por eso, aún con un stand no todo lo acabado que me hubiera gustado, estaba feliz de estar allí con Nukupuk y desde el primer momento me sentí enamorada de cada uno de mis vecinos y de sus productos (@panicanela, @threadportraits, @palombella.es, @… ). Sus palabras y consejos han sido tan importantes que no puedo dejar de darles las gracias. Todo parecía casi un sueño. Volver a Barcelona, una ciudad en la que he sido tan feliz durante años, y mostrar mis pajaritas a todos los visitantes del mercado. Antes de comenzar a vender, sabía que ya había dado un paso muy importante. Sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar. Era la primera vez que vendía mis pajaritas en un mercado físico y las reacciones del público ante un producto tan distinto y diferente fueron maravillosas. Su sorpresa inicial al descubrirlo y las felicitaciones me permitieron conocer la visión que se tiene desde fuera y fue increíble.
Y con cada persona y cada pajarita llegó una historia. Una historia especial y llena de ilusión, algo muy significativo para alguien que como yo que crea cada pajarita con el cariño del que está creando un ser único cada vez. Para una boda, para una reunión elegante, para un evento… cada uno buscaba el momento perfecto para vestir su camisa con mi pajarita. Y los que no lo encontraban, enamorados de ellas, se decidían a llevársela con la seguridad de que encontrarían la ocasión para llevarla y ser felices con ella. A mi también me harán feliz. Y es que cualquier día puede ser el adecuado para sentirse especial con una de estas pajaritas originales. Así lo he pensado siempre, desde que inicié este proyecto tan personal.
Y con cada persona y cada pajarita llegó una historia
Han sido unos días llenos de emoción y aprendizaje. De analizar qué hay que mejorar e incluso de conocer aún mejor a mis propias pajaritas. Y en este nuevo paso en esta emocionante aventura de emprender no faltaron, como ha ocurrido desde el inicio, mis maravillosos amigos. Aparecieron en Palo Alto Market para darme su apoyo y hacerme sentir aún más afortunada. Y es que tanto los que estuvieron allí, como los que me acompañan en este camino día a día, forman parte también de estas pajaritas. Siempre he dicho que tengo mucha suerte con las personas que me rodean, quizás por eso cada una de mis pajaritas Nukupuk tiene, de alguna forma, algo de vida y mucho de amor.
Palo Alto Market ha sido mucho más que un fin de semana de venta y exposición. Ha sido un fin de semana para que mis pajaritas, las que pueden acompañar a vuestras camisas, echen a volar.